Press ESC to close

El día que un gerente me gritó ¡Lárgate!

A lo largo de tu vida laboral, acumulas diversas anécdotas, algunas buenas y otras que te enojan al recordarlas. En una ocasión, trabajé en una empresa donde me encargaba de generar contenido publicitario. Un día me informaron que debía tomar fotografías del equipo trabajando en una concesionaria de autos de una marca muy popular. Llevé mi cámara fotográfica profesional, lo cual ya era una señal de alerta, pues estaba prestando equipo personal para un trabajo. Pero no me importó, porque mi pasión por hacer un buen trabajo era más fuerte.

Fui junto con el equipo de trabajo. Al llegar, ellos comenzaron su labor y yo empecé a prepararme. Me acerqué a la recepcionista, una señora de mediana edad muy agradable, y me presenté, explicándole lo que iba a hacer. Ella me respondió que estaba bien y que podía empezar a trabajar, notificando a los demás para que estuvieran al tanto.

Tomé fotografías de mis compañeros en el interior y luego decidí salir para hacer unas tomas de la fachada. Un señor, que supongo era un vigilante, se me acercó para preguntarme qué estaba haciendo, ya que el gerente estaba preguntando. Le respondí lo mismo que le comenté a la recepcionista y él se quedó conforme, así que continué tomando fotos.

Después de un rato, concluí mi trabajo y decidí entrar de nuevo. Antes de hacerlo, un señor con uniforme de ejecutivo abrió la puerta y, sin darme oportunidad de explicarme, me gritó: ¡Lárgate! Mi primera reacción fue de confusión y quise explicar la situación, pero nuevamente, con un tono más alto, me gritó: ¡Lárgate! En ese momento tenía dos opciones: seguir discutiendo y responder a esa grosería, o retirarme y dejarlo pasar. Por temor a que mi cámara fotográfica pudiera ser dañada, suspiré sarcásticamente y me fui.

Alterado por la situación, ya que ni mis compañeros hicieron nada al respecto, me comuniqué rápidamente con mi superior, quien solo me comentó que podía irme a casa y que hablaría con la persona que hizo el vínculo con esa empresa. Como era de esperarse, no pasó nada. Decidí hablar con el dueño, el jefe de jefes, ya que siempre he tenido contacto con ellos por la participación requerida al representar la identidad de su empresa. Sin embargo, la respuesta fue casi la misma: me dieron la razón y dijeron que hablarían con mi jefe directo y la otra persona involucrada. No recibí ninguna disculpa ni consuelo.

Al día siguiente, la persona encargada de la conexión con esa empresa se acercó a hablar conmigo sobre lo sucedido. Prácticamente, el resumen fue que ese día me tocó a mí, que esas cosas pasan y hay que aguantarlas. No todos tienen buen humor, etc.

A este punto, mi mente ya estaba acostumbrada a situaciones similares, y lo tomé como una anécdota graciosa para reírme de mí mismo junto con mis compañeros y bromear sarcásticamente. Esa historia quedó en el olvido. Tiempo después, me despidieron de esa empresa sin argumentos reales, de un día para otro. Cabe señalar que entré con un contrato de prueba que se convertiría en puesto fijo, pero cuando llegó la fecha de evaluación, solo renovamos contratos mensuales. Cuando preguntaba sobre el resultado de la evaluación, nunca obtuve respuesta.

Fue una experiencia amarga, y lo redacto no para exponer, sino para reflexionar. Actualmente, tengo un trabajo donde me respetan como persona y respetan mis derechos laborales. Mirando en retrospectiva, veo lo que soportamos por una oportunidad de trabajo, por un ingreso. Estamos en una sociedad donde normalizamos los malos tratos, donde se dice que hay que aguantar, aunque por dentro estés al borde de una crisis. Estas cosas afectan, y nadie hace nada.

Al final, aprendí que somos nosotros quienes debemos poner un alto a los abusos. No debemos tolerar maltratos por miedo o comodidad. La dignidad no tiene precio.

Pero lo sé…a veces no es tan sencillo.

¿Y a ti? ¿Te ha pasado algo así? Espero que no, pero si es así, deseo que encuentres un trabajo donde te hagan sentir valorado y respetado.

Gracias por leerme.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *